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Buenos Aires, Miércoles, 13 de Noviembre de 2024 |
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Escribe el Dr Hugo C.Perri El destacado jurista y politólogo doctor Héctor Rodolfo Orlandi, que supo ser prestigioso miembro de la Cámara Nacional Electoral, decía que la historia es “la continuidad de la vida en el cambio y en el tiempo”. Si la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de hoy es fruto de ese devenir mutante, no pueden caber dudas acerca de que las Comunas – previstas tanto en el Estatuto Organizativo local como en la Ley Nº 1.777 – y el Derecho a la Ciudad vinieron a constituir antecedentes intrínsecos de aquélla. Atinente a estos institutos hay una fecha clave. Se trata del 10 de julio de 2011. Ese día los vecinos eligieron por primer vez a los comuneros, o sea a los 7 integrantes de cada una de las 15 Comunas – comprensivas de los 48 barrios porteños – en que quedó dividida administrativa y políticamente la Ciudad. A su vez, ella remite a otra que fue más histórica aún. Es la del 25 de mayo de 1810. En esa jornada, según apunta el doctor Jorge Horacio Gentile en su trabajo “Qué saben los jóvenes de fechas patrias”, se llevó a cabo el “primer acto de democracia popular por voluntad del vecindario de Buenos Aires. Son dos hechos con un común denominador que van, salvando las particularidades de cada uno, de la Gran Aldea al Siglo XXI. Este factor afín y aglutinante está dado por la participación ciudadana, que consiste en el involucramiento de las personas en la cosa pública pero no sólo a través del sufragio. El primero, obviamente, ya ocurrió. Sin embargo, después de doscientos años se viene a saber de la existencia de un Petitorio Popular por el cual cientos de patriotas habitantes de Buenos Aires reclamaron a los cabildantes la creación de la Primera Junta. Estaban ansiosos de ser artífices de su propio destino. El documento fue ignorado en los textos de historia, se exhibe en el Museo Histórico Nacional y prueba que la de Mayo no fue una revolución elitista impulsada por comerciantes prósperos, abogados, sacerdotes y militares, sino la expresión de un movimiento nacional y popular. El segundo, aconteció hace poco y en virtud de él los vecinos nominaron en las urnas a los 105 juntistas que a partir del 10 de diciembre próximo – segunda vuelta mediante realizada el 31 de julio – pasarán a regir las Comunas, deberán demostrar las bondades de la verdadera descentralización y, por supuesto, velar por la preservación del Derecho a la Ciudad. Será, de lograrse el objetivo, el resultado de una larga etapa que se inició en la década del 90 cuando un grupo de visionarios creyó en las Comunas y encaminó su lucha hacia ellas para que los vecinos pudieran tomar decisiones y resolver los problemas, por gestión de sus representantes, con inmediatez y conocimiento de campo. Dos hechos con un común denominador que invitan a reflexionar ya que algunos relevamientos privados y un sondeo de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, difundidos vez pasada por notorios matutinos de amplia circulación, dieron cuenta que el 82% de los porteños no sabía qué son las Comunas y que sus autoridades se elegían de manera primigenia el 10 de julio. Con mayor razón atendiendo a los guarismos que arrojaron los comicios, pese a este desconocimiento, a los que concurrió un alto porcentaje del padrón electoral. Dado que la información es el presupuesto básico para la toma de decisiones cruciales, cabe preguntarse qué criterios valorativos utilizaron los lugareños de esta metrópolis para votar como lo hicieron en materia de Comunas. En definitiva se trata de dos hechos con un común denominador, aunque con actitudes diferentes de sus protagonistas a la hora de hacer efectiva la participación ciudadana. El autor es vecino florense, abogado y periodista. |